miércoles, 14 de mayo de 2008

El Ejército ocupa Culiacán y Navolato, en un intento por abatir ola de violencia

■ “Este es el comienzo”, dice el general Galván Galván al anunciar un operativo especial

■ El centro de la capital del estado, convertido en un búnker ante la visita del gabinete de seguridad

Javier Valdez y Gustavo Castillo (Corresponsal y enviado)

Culiacán, Sin., 13 de mayo. Un nuevo operativo contra la delincuencia se puso en marcha en los municipios de Culiacán y Navolato, tras acuerdo de los integrantes de los gabinetes de seguridad nacional y estatal durante un encuentro que se llevó a cabo en el vacío edificio de gobierno local, cercado desde la madrugada de este martes por cientos de militares armados con rifles de alto poder.

El anuncio lo hizo el general Guillermo Galván Galván, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), al término del encuentro que duró casi tres horas, pero que para los vigías fue mucho más largo, ya que desde las seis de la mañana de este martes unidades artilladas vigilaron por tierra y aire el centro de esta capital, ante el temor de un posible ataque de grupos del narcotráfico.

La mayor parte de los 2 mil hombres que desde este martes participan en el llamado Operativo Conjunto Culiacán-Navolato son militares, como ocurre en otros nueve estados.

Sedena: no hay militarización

Sin embargo, para el titular de la Sedena “las actividades militares contra el crimen organizado son de coadyuvancia, de ninguna manera entrañan una militarización de la vida nacional o de las políticas públicas”, y advirtió a los integrantes de los cárteles: “Debe quedar claro que este es el comienzo y, si fuera necesario, vendrán más tropas” a combatirlos.

Un empresario de Guasave, hospedado en un céntrico hotel de Culiacán, describió así el ambiente que se vive en la capital del estado : “Calles cerradas, helicópteros volando, militares y policías por todos lados, en cada esquina. Ahora nadie pita a otro, menos una mentada. Hay mucho miedo. En todos los semáforos la gente voltea a ver de reojo al otro conductor. Si es una troca, no avanza hasta que ésta se va. En cuanto acabe mi reunión me regreso a mi tierra. Allá sí está tranquilo, Los niños van a la escuela y todo; aquí no se puede”.

En tanto, los secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño; de la Defensa Nacional, Guillermo Galván; de Marina, Francisco Saynez Mendoza; el subsecretario de Seguridad Pública federal (SSP), Facundo Rosas, y también el procurador general de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, se reunieron con el gobernador Jesús Aguilar Padilla, empresarios locales y los alcaldes de Navolato y Culiacán.

La reunión fue para convenir nuevos esquemas de prevención del delito y combate al crimen organizado. No estuvo presente el encargado federal del ramo, Genaro García Luna, titular de la SSP, quien según fuentes oficiales se quedó en México para participar en una “campaña de medios”. Su lugar fue ocupado por Facundo Rosas, subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial.

Al término del encuentro, los funcionarios únicamente leyeron sus discursos. El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, señaló que “la confrontación entre los principales cárteles del narcotráfico se ha hecho particularmente visible en los estados del norte del país, como es el caso de Sinaloa”.

Indicó que “en atención a la situación extraordinaria que vive el estado se ha decidido poner en marcha el Operativo Conjunto Culiacán-Navolato”.

La estrategia consiste en el despliegue de mil 433 elementos de la Sedena, vehículos y aeronaves; 740 policías de la SSP federal; 500 marinos y 50 agentes de la Procuraduría General de la República. En total dos mil 723 efectivos.

El operativo “estará a cargo del general de brigada Noé Sandoval Alcázar, comandante de la novena Zona Militar”. El procurador Medina Mora declaró que “las bandas del crimen organizado que agobian la tranquilidad de las familias y comunidades de Sinaloa buscan intimidar rivales, cobrar traiciones, proteger sus niveles de influencia local y controlar la plaza”, y dijo que “los sicarios se matan entre ellos por la lucha de mercados y el control de territorios”.

Consideró que “la estrategia que despliega el Estado mexicano ha causado fuertes y severos daños a las células del crimen organizado que operan en esta tierra”, y que “se les ha secado prácticamente el abasto de cocaína y seudoefedrina de aliados y contactos internacionales, y (ahora enfrentan) la desarticulación sistemática de sus redes logísticas y de operación (lo que) les ha minado sus capacidades de siembra, cosecha, acopio, transporte y distribución de mariguana”.

La normalidad volvió al centro de Culiacán hasta que los funcionarios federales abandonaron la sede del gobierno estatal en medio de un convoy integrado por más de 30 vehículos blindados, artillados y otros llenos de soldados armados. Los helicópteros cuidaron el recorrido hasta el aeropuerto y los militares a pie abandonaron poco a poco la llamada “unidad administrativa”.

Mientras las calles del centro de Culiacán volvían a llenarse de vehículos civiles, agentes federales decomisaban 3 toneladas de mariguana en un operativo realizado en un domicilio ubicado por la calle Mina de Copala, colonia Huizaches, al sur de Culiacán, informaron fuentes de la PGR.

Llegó la guachería...

Unos 800 soldados, algunos a bordo de medio centenar de camionetas Hummer artilladas, tomaron la cabecera municipal de Navolato y después de realizar algunos recorridos y retenes en zonas céntricas convirtieron el estadio De la Juventud de este municipio en su cuartel.

El extenso convoy militar, que recorrió unos 25 kilómetros desde Culiacán hasta Navolato, tomó por sorpresa a los ciudadanos, quienes azorados vieron pasar el desfile de uniformados y la exhibición de armas de grueso calibre en los toldos de las unidades.

Entre lunes y martes los militares llegaron en aviones de la Fuerza Aérea Mexicana desde el estado de México y Puebla, y a media mañana salieron de la novena Zona Militar, ubicada en Culiacán.

En Navolato ingresaron por la calle principal y luego de llegar hasta su zocalito instalaron puntos de revisión en varias calles.

A sólo dos cuadras del palacio municipal instalaron un gigantesco retén en el que ni las camionetas de las campañas de vacunación del Instituto Mexicano del Seguro Social, repletas de enfermeras, se salvaron de la revisión.

En Navolato los adultos se mostraron sorprendidos, expectantes y temerosos; algunos niños jugaban con sus bicicletas alrededor de los vehículos militares.

Mientras, el coronel de caballería Homero Mendoza Ruiz afirmaba que este martes sería el “día más tranquilo en todo Culiacán”, sin tomar en cuenta que ya estaba en Navolato.

Mientras los soldados se repartían el espacio en el estadio, dos niños que realizaban piruetas en sus bicicletas dialogaron. Uno de ellos volteó hacia los militares y dijo a su compañero: “Ya llegó la pinche guachería, loco… Está duro”. El otro, con un pie sobre el pedal y otro en tierra, reviró: “Le voy a hablar a mi tío para que venga y haga un matadero”.

(La Jornada, 14 de mayo de 2008)

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