miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cateó el Ejército a la policía de Monterrey por un incidente de cantina

Por Jesús Rivera

El operativo que realizó ayer el Ejército en las instalaciones de la policía municipal de Monterrey, sometiendo por horas a sitio y cateo general sus instalaciones, tenía por objetivo identificar y detener a unos uniformados que habrían golpeado la noche del lunes a un soldado en un bar del centro de esta ciudad..

Como en ocasiones anteriores, el Ejército no se dio información oficial sobre el operativo y sus resultados, mientras que las autoridades estatales y municipales se reducen a señalar que respaldan las acciones de los militares para limpiar las corporaciones policiacas.

En esta ocasión, el gobernador Natividad González Parás dijo que ninguna dependencia estatal o municipal está exenta de ser ‘auditada’ por personal del Ejército y adelantó que estos operativos continuarían.

El operativo militar de ayer inició por la mañana, cuando seis camionetas con alrededor de 50 soldados rodearon las instalaciones policiacas municipales, ubicadas en el Parque Alamey.

De inmediato se apoderaron de todos los accesos y sometieron a rigurosa inspección a todos los que salían o entraban, sin que se salvara de ello el titular de la Policía Regia, Amador Medina Flores, quien ingresó a pie, al retenerse su vehículo para revisión.

Al medio día, se llevaron detenidos a dos policías y más tarde a otro, siendo liberados el mismo día. Extraoficialmente se dio a conocer que estos elementos fueron trasladados al Hospital Universitario para ver si los reconocía un soldado como sus agresores.

Según esta versión, la noche del lunes un soldado no identificado fue golpeado por unos policías en un bar del centro de Monterrey, debiendo ser hospitalizado por sus lesiones.

Como el soldado agredido no reconoció a los policías detenidos, fueron regresados a la corporación, pero se dice que los militares buscaban a otros policías que no fueron localizados.

No es la primera vez que los militares toman en sus manos la investigación de una agresión contra alguno de sus elementos, sin tomarse la molestia de cumplir con los procedimientos legales establecidos para ello, encubriendo su acción como un operativo de revisión anti-narco.

(El Sendero del Peje, 12 de noviembre de 2008)

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