ALONSO URRUTIA
Los primeros 50 días de gobierno de Felipe Calderón se han dado bajo el signo de la militarización, de un protagonismo sustancial del Ejército alentado desde Los Pinos. El mandatario se ha empeñado en sustentar un gobierno civil con un énfasis desmedido en las fuerzas armadas, señalaron los analistas Magdalena Gómez y Jorge Camil, al participar en un foro organizado por La Jornada y Casa Lamm sobre el tema.
Camil destacó que es sorprendente que Calderón haya comenzado más bien por el uso de la fuerza que por la utilidad del diálogo. Subrayó que el más importante sustento al que ha apostado es el combate al narcotráfico, como parte de un acto de legitimación. La pregunta es: ¿ha decidido el Presidente compartir el poder con las fuerzas armadas?
A su vez, Magdalena Gómez subrayó que el gobierno del panista michoacano ha pretendido revertir una ilegitimidad de origen con acciones espectaculares donde el Ejército tiene un papel central. Lo que pretende el nuevo gobierno es ganarse lo que no tiene: la credibilidad y la legitimidad.
Durante el mismo foro, el internacionalista Gustavo Leal aludió al elevado costo que tendrán para el país las facturas por pagar que tiene Felipe Calderón Hinojosa para su llegada al gobierno. Y ejemplificó con la Secretaría de Salud, cuya responsabilidad recae en un panista ultraconservador, José Angel Córdova; en el Instituto Mexicano del Seguro Social, el ex senador blanquiazul Juan Molinar Horcasitas, y en el ISSSTE un elbista que se desempeñó en el área de Seguridad Pública, Miguel Angel Yunes Linares.
En su intervención, Gómez subrayó que en los albores del nuevo gobierno, más que rebasar por la izquierda a la postura de López Obrador, lo que ha quedado claro es que Calderón es la continuidad del modelo neoliberal. Por añadidura, dijo que ha comenzado con acciones ilegales, como la centralización del mando policiaco sin reformar todavía la legislación, a lo que debe agregarse que en los hechos ha sido un gobierno civil que ha puesto un énfasis desmedido en el Ejército.
Tras cuestionar la conformación presupuestal que optó por golpear a la cultura y la educación, Gómez señaló que este gobierno dista de ser un proyecto alternativo de nación y sus primeras acciones sociales están lejanas de poder cumplir sus ofertas de abatir la pobreza, generar empleo y acabar con la inseguridad.
La especialista enumeró un conjunto de actos que han evidenciado la orientación del actual gobierno: el mismo día que anunciaba ante el Foro de Inversiones y Cooperación Hispano Mexicano que velaría por los derechos de los inversionistas, se detenía al dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, Flavio Sosa; su reivindicación del estado de derecho contrasta con el apoyo al gobierno oaxaqueño de Ulises Ruiz Ortiz.
Su reacción al alza en la tortilla, lejos de ser acciones de protección social, fue una oficialización de un incremento de 40 por ciento en el precio de ese alimento. Esto sin contar que sólo 5 mil de los 65 mil establecimientos acudieron al llamado gubernamental.
En su oportunidad, Camil reprochó que el gobierno de Calderón quiera regresar a viejos regímenes que utilizaron indiscriminadamente a los militares. Esto ha sido una confesión propia, cuando sostuvo que sería un presidente cercano a las fuerzas armadas, por eso no le preocupan las diversas críticas que han descalificado su excesivo militarismo, lo que muestra que no tiene idea de la perspectiva histórica.
Sin descalificar la necesidad de combatir al crimen organizado, Camil señaló que el uso del Ejército y el énfasis que le ha dado Calderón asemeja a la forma obsesiva como el presidente estadunidense, George W. Bush, ha enfrentado la guerra en Irak.
Camil subrayó que el Presidente incumplió su promesa de conformar un gobierno de coalición, por el contrario, se inclinó por un gobierno panista conservador y, en algunos casos, como el secretario de Gobernación, de línea dura. Esto, sin olvidar que el mandatario ha privilegiado más su relación con las fuerzas armadas que con los partidos políticos.
A su vez, Gustavo Leal hizo una crítica a los inconsistentes programas sociales que, ''si con Fox fueron malos, con Calderón están peor'', dijo en alusión a la evidente improvisación con que se han instrumentado, centrándose en el caso del sector salud.
Al respecto, criticó que las facturas que tiene por pagar Calderón, tienen un costo elevado en un sector fundamental. El analista señaló que se eligió al IMSS y al ISSSTE como espacios para liquidar facturas.
(La Jornada, 24 de enero de 2007J)
miércoles, 24 de enero de 2007
Militarización, signo de los primeros 50 días de Calderón
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