miércoles, 1 de agosto de 2007

El ejército pasa factura a calderón

Como pago a los “servicios extraordinarios” prestados por el Ejército Mexicano a la Presidencia de la República, las fuerzas armadas buscan que se les retribuya con un presupuesto adicional de 3 mil 500 millones de pesos para el próximo año. Los militares ven la oportunidad de incrementar los recursos destinados a sueldos y prestaciones

Yenise Tinoco


Déficit en vivienda y servicios médicos para militares en activo y en retiro son el saldo de años de abandono en materia de prestaciones a los elementos castrenses, aseguró el director General del Instituto de Seguridad Social para la Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), Fermín Rivas García, ante los diputados de la Comisión de Seguridad Social. Por ello, el general de división solicitó, en una reunión a puerta cerrada con los legisladores, que se incrementara el presupuesto militar en 3 mil 500 millones de pesos. Con ello se buscaría mejorar las condiciones sociales y de salud de sus derechohabientes.

Rivas García les explicó que el ISSFAM requiere, por lo menos, 3 mil 450 millones de pesos adicionales para subsanar el déficit en materia de servicio médico y de vivienda, y de esa forma estar en condiciones de mejorar salarios y pensiones, y al mismo tiempo evitar deserciones una vez que se proporcionen mejores niveles de vida a los militares.

De acuerdo con datos de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), en cinco años han desertado más de 152 mil elementos, en tanto que en la Secretaría de Marina (Semar), en el mismo lapso de tiempo, alrededor de 10 mil efectivos han abandonado las filas de los marinos.

Alfonso Suárez del Real, integrante de la Comisión de Defensa en la Cámara de Diputados, menciona que, en un momento histórico donde se utilizan las fuerzas armadas de manera incorrecta, dándole actividades que no le corresponde encabezar como el combate al narcotráfico, el aumento de salario y de prestaciones se interpretan como “una manera de premiar” las acciones extraordinarias que llevan acabo militares y marinos.

José Francisco Gallardo, general brigadier del Ejército Mexicano y candidato a doctor en Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que el excesivo presupuesto que hoy pide el titular del ISSFAM, para aumentar las prestaciones a sus miembros, es el pago a los servicios prestados al presidente Felipe Calderón.

“El ejército va a pedir eso y más. Ellos tienen una situación de privilegios que les da ventaja sobre cualquier institución del Estado para hacer esas peticiones, ya que se sienten con el derecho de hacerlas”, considera Gallardo.

El Ejército tiene una demanda de 33 mil solicitudes pendientes para créditos hipotecarios, y al año sólo es posible satisfacer el 7 por ciento. Además, los hospitales castrenses registran un desbasto de medicamento superior al 60 por ciento, el cual tiene que ser solventado por los derechohabientes del sistema de seguridad social militar.

Fermín Rivas García, titular del ISSFAM, expuso a los diputados que en materia de medicamentos existe desbasto en la mayoría de los hospitales de ambas secretarías –Defensa y Marina–, donde el 66 por ciento de las medicinas las otorgan las dependencias. Además, ante la escasez, es el derechohabiente quien termina cubriendo el déficit con sus recursos.

Para resolver el problema de desabasto de medicamentos se requieren 500 millones de pesos. Además, se está depurando la base de datos de los derechohabientes del Instituto, para tratar de hacer una sola tarjeta de identidad con el fin de tener un control administrativo. A la fecha, se han recogido casi 7 mil tarjetas de personas que no deben tener derecho al servicio médico militar.

Entre las prestaciones que se cubrirían con los recursos extraordinarios se encuentra el servicio médico, pues el instrumental quirúrgico, el equipo de Rayos X y de telemedicina de los hospitales de la Sedena y Semar tienen un promedio de vida actual de 15 años.

De acuerdo con información del ISSFAM, anualmente las clínicas del Instituto dan 2 millones de consultas a 610 mil 340 usuarios. El desglose de la forma en que es atendido el universo de elementos militares es: 51 mil 953 militares en situación de retiro; 25 mil 262 pensionistas y 533 mil 125 derechohabientes.

Margarita Arenas Guzmán, diputada panista e integrante de la Comisión de Seguridad Social, sostiene que la atención médica es una de las situaciones más sensibles para la población, y lamenta que no exista estudio alguno que mida la calidad de las más de 2 millones de consultas anuales que brindan los hospitales militares.


Pensiones

El titular del ISSFAM, informó a los legisladores que de los 3 mil 500 millones de pesos, 2 mil 200 millones serían para cubrir las necesidades de los haberes de retiro, pensiones y compensaciones. Se pretende incrementar los montos destinados al retiro, pensiones y compensaciones, de 70 por ciento que en la actualidad se otorga, a 95 por ciento del salario base.

Aun cuando los diputados de la Comisión de Seguridad Social cuestionaron al director del ISSFAM sobre pasivos proyectados a futuro de acuerdo con la tendencia de más retirados, lo cierto es que las pensiones y compensaciones son cubiertas en su totalidad por el erario federal. El instituto no maneja ningún fondo de pensión (Contralínea, 80).

La población de militares en situación de retiro tiene una taza de crecimiento anual del 5 por ciento en promedio. Y los haberes de retiro que perciben para el personal de tropa equivale a 73 por ciento del ingreso mensual del personal activo; así que, si el sueldo promedio mensual es de 5 mil 24 pesos, el retiro es de 3 mil 646 pesos. Para generales y almirantes, de 19 por ciento, es decir, de 111 mil 350 pesos, y su pensión oscila alrededor de los 21 mil 214 pesos por mes.


La reforma

Dentro de la propuesta de reforma que presentó el titular del ISSFAM a la Cámara de Diputados se contemplan tres conceptos principales: incremento de 70 a 95 por ciento a los haberes de retiro, pensiones y compensaciones; un porcentaje adicional para militares en activo que pasarán a situación de retiro con 30 ó más años de servicio y un aumento de las aportaciones del gobierno federal para otras prestaciones.

En el tema de las aportaciones del gobierno federal se pretende obtener mil 250 millones para cubrir de 1.8 a 2 por ciento el haber y sobrehaber de los militares en activo para el Seguro de Vida Militar; de 0.5 a 3 por ciento el haber y el sobrehaber mínimo vigente del personal en activo para el Seguro Colectivo de Retiro, y de 11 a 15 por ciento del equivalente a los haberes de retiro y pensiones para el Servicio Médico y otras prestaciones que no tienen cuota específica.

Por otra parte, el Instituto argumenta que sólo puede rehabilitar las viviendas de su patrimonio en un 3 por ciento, es decir, una vivienda rehabilitada por cada 30 años. Para atenuar el rezago y poner en condiciones óptimas 9 mil 160 unidades, solicita se autorice un recurso por 293 millones de pesos.

Para solucionar el problema en el rezago de entrega de créditos hipotecarios, el ISSFAM considera necesario que el Ejecutivo Federal apoye en forma directa al fondo de la vivienda militar con 500 millones de pesos anuales durante la presente administración.

Además, requiere 304 millones de pesos para levantar casas hogar para militares retirados; apoyo para construir tres centros de desarrollo infantil, tres centros deportivos y de recreo, así como para sostener los cambios de adscripción e incrementar el número de becas escolares –de las 2 mil 410 por ciclo escolar actuales a 10 mil– y para que sean de 400 pesos mensuales en vez de 200.


Los olvidados

Alfonso Suárez del Real, diputado de extracción perredista, comenta que en los últimos años las fuerzas armadas se conformaron con los recursos que el Ejecutivo les asignara. Y señala que los insumos para cubrir las dietas o el pago de estipendios de la tropa y de los oficiales estuvieron muy por debajo del resto de burocracia.

Dentro del mismo Ejército, dice el legislador, los sueldos que tienen los altos mandos reflejan la gran inequidad que existe con respecto al resto de los miembros de las fuerzas armadas, inequidad más acentuada si se los compara con los demás trabajadores del Estado.

Jorge Justiniano González Betancourt, militar de carrera y presidente de la Comisión de Defensa Nacional, menciona que durante años la tropa no tenía acceso a un crédito hipotecario porque su sueldo no alcanzaba para pedir tal beneficio. Y sostiene que el aumento al presupuesto del ISSFAM para brindar mayores prestaciones a sus derechohabientes “es una deuda que falta cumplir”.

Ramón Valdés Chávez, intrigante de la Comisión de Seguridad Social, dice que resulta necesario un reforzamiento de las prestaciones sociales que se ofertan en las fuerzas armadas con la finalidad de profesionalizar los servicios médicos y garantizar el acceso a las prestaciones que por ley le corresponden, sin dejar de lado la calidad en el servicio.

Recursos propios

Francisco Gallardo considera dudoso el origen de la propuesta del director del ISSFAM, y más dudoso aún el supuesto déficit en sus finanzas. Explica que, dentro del presupuesto de Defensa y Marina, se incluyen recursos para el Instituto.

“El presupuesto adicional que hoy se pide al Congreso se puede subsanar a través de los recursos que genera la Sedena”, dice el general. Dichos recursos provienen de los intereses que cobra el Banco del Ejército por préstamos personales y créditos para la compra de casas o vehículos. Asimismo, la Sedena cuenta con tiendas de servicio en todo el país y cobra cuando rectifica la cartilla militar nacional o cuando otorga permisos para la fabricación de explosivos o para la portación de arma de fuego.

(Contralínea, 1a quincena de agosto de 2007)

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